Cuestiona todo y pon todo a prueba
Publicado: Jue Sep 08, 2022 4:48 pm
La práctica Zen nunca ha sido y nunca será dogmática. No es una filosofía que premie la ignorancia y la inacción, sino que siempre impulsa al practicante a vivir con duda de todo lo que dicen tanto el Buda como los Patriarcas; además de que transforma nuestra experiencia en un laboratorio del Dharma.
En el Zen tenemos esta frase:
Gran duda, gran iluminación. Pequeña duda, pequeña iluminación. No duda, no iluminación.
No importa qué tanta autoridad tenga el maestro que estés leyendo o escuchando, siempre hay que tener un corazón que pregunte «¿tendrá razón? ¿será cierto?», para después poner todo en práctica.
Es cuando nos esforzamos en comprobar el budismo, que podemos entenderlo.
Solo podemos tomar refugio en Buda, Dharma y Sangha cuando brincamos al agua y nadamos en esa corriente.
Luego de algún tiempo sucede lo más curioso: las dudas se extinguen y solo hay confianza en la práctica. Y poco a poco todas las enseñanzas van tomando forma en nuestro corazón. Es ahí cuando sabemos que ya estamos sentados en el Gran Vehículo y confiamos en el conductor.
El Maestro Chan Huangbo Xiyun decía:
Liberarse del polvo de la condición humana no es algo ordinario. Debes practicar rigurosamente, como cuando haces un fuerte nudo en una soga. Si no has sobrevivido al crudo invierno, ¿cómo esperas conocer el aroma de los capullos de ciruela?
El budismo en general es sinónimo de disciplina. Pero la práctica Zen lo es aún más. Y dudar es parte de nuestros hábitos cotidianos.